Cuando eras chiquita te ponían una sábana en la cabeza y eras una linda novia; un bebé de goma en los brazos y eras una amorosa mamá; te subías a los tacos y eras una supermodelo.
Hoy, te subís a los tacos a ver si se te estilizan un poco las piernas y se disimula que no le pasás ni en colectivo por adelante a un gym; la idea de tener hijos jóven y recuperar más fácilmente tu figura fue asfixiada por "la nueva adolescencia"; y él "no cree en el matrimonio": " - Para qué? Qué hay que demostrar?"
No sé si vos tenés algo para demostrarme a mi, my cherry pie, pero la vida sí me ha demostrado que aún después de 7 años de noviazgo aparentemente feliz, un tipo puede terminar dejándote para casarse con su amante, o ella se puede terminar aburriendo y llenarse de dudas y postres (sobretodo de postres en cenas con amigas más que en el pecho de algún sex toy, porque ya ni se acuerda lo que era conquistar), o él también puede terminarse aburriendo... pero del sexo opuesto. Y se va, junto con el número de tu peluquero.
Asique, ya fue esto de "cumplir con el plancito" que dibuje en mi cuaderno de primer grado cuando la maestra me preguntó: ¿Y vos qué querés ser de grande? y le respondí - Astronauta!
-Ah, mirá que lindo, y qué más?
- Modelo!
-Y qué más?
Una conversación que podría durar hasta el infinito si hoy nos preguntaran "qué te gustaría haber hecho", pero en ese momento era todo más fácil y terminé diciendo: - MAMÁ.
y, conforme, me respondió - Muy bien! Ahora todos escriban "mi mama me mima"...
Fantástica tu consigna teacher. Gracias por nada.
Pero finalmente en el secundario, y triplicando la edad, doblé la hoja rayada y me dije "Bueno, y antes de ser esposa y madre, ¿Qué quiero ser?"
Y ahí más o menos, fui distrayéndome con otra cosa...
Para cuando llegué a la entrada a Jurasic Park, unos mutantes se habían devorado familias enteras, y entre los sobrevivientes llegué a ver un sapo que eructaba que el casamiento siempre termina mal, y una bicha que tose y escupe la cabeza de su ex marido nº 3.
Perdón? Qué me perdí?
La casa con pileta, me dijo. Con los precios en dólares, con suerte un 2 ambientes, mamita..
Uy.
jueves, 14 de julio de 2011
lunes, 18 de abril de 2011
Capítulo 8 - Ketchup
La Idiota es Idiota y por Idiota, generosa. ¿O es al revés?
Hubo una época en la que no podía no tener un chicle en la boca. Mascándolo, o simplemente reposando sobre los molares, ahí estaba.
Pero el problema del chicle no eran las presuntas caries, sino el hecho del convide. Uno para este, otro para otro y la ración diaria no alcanzaba.
Así, la pequeña Idiota ideó el plan de administrar la cantidad exacta a consumir diariamente, dejando uno o dos PARA COMPARTIR.
¡Para compartir!
Y ahí estaban todos haciendo filita, día a día, preguntando por un chicle, mirando hacia el bolsillo donde el paquete estaba, pero la ración de generosidad estaba acabada.
Y la pobre, sintiéndose culpable al negarle esta vez al mismo que le pidió ayer y antes de ayer, y que esta vez llegó tarde a la repartija.
Y un día, ESE día que tanto había esperado llega, y ahí está el galán acercándose en cámara lenta. Y hace la pregunta mágica: ¿Tenés uno?
¿Tengo? ¿No tengo? ¿Quién soy?
Y antes de que la transpiración en el bozo se empiece a notar ya estaba sacando el paquete, con descuido...
Y repartiendo a él, a su amigo que apareció de la nada y a otro que justo miró.
"No se preocupen, compro más" dice con una sonrisa.
Y apenas puede mirarlo a los ojos mientras se aleja su príncipe azul como si nada.
Y ahí queda ella, como un tomate: Colorada, y atada al poste que la verá crecer. Pues sólo así crecen estas plantas.
Hubo una época en la que no podía no tener un chicle en la boca. Mascándolo, o simplemente reposando sobre los molares, ahí estaba.
Pero el problema del chicle no eran las presuntas caries, sino el hecho del convide. Uno para este, otro para otro y la ración diaria no alcanzaba.
Así, la pequeña Idiota ideó el plan de administrar la cantidad exacta a consumir diariamente, dejando uno o dos PARA COMPARTIR.
¡Para compartir!
Y ahí estaban todos haciendo filita, día a día, preguntando por un chicle, mirando hacia el bolsillo donde el paquete estaba, pero la ración de generosidad estaba acabada.
Y la pobre, sintiéndose culpable al negarle esta vez al mismo que le pidió ayer y antes de ayer, y que esta vez llegó tarde a la repartija.
Y un día, ESE día que tanto había esperado llega, y ahí está el galán acercándose en cámara lenta. Y hace la pregunta mágica: ¿Tenés uno?
¿Tengo? ¿No tengo? ¿Quién soy?
Y antes de que la transpiración en el bozo se empiece a notar ya estaba sacando el paquete, con descuido...
Y repartiendo a él, a su amigo que apareció de la nada y a otro que justo miró.
"No se preocupen, compro más" dice con una sonrisa.
Y apenas puede mirarlo a los ojos mientras se aleja su príncipe azul como si nada.
Y ahí queda ella, como un tomate: Colorada, y atada al poste que la verá crecer. Pues sólo así crecen estas plantas.
domingo, 16 de enero de 2011
Capítulo 7 - Vacunada para la incertidumbre
La medicina confía que inyectando el virus generaremos anticuerpos.
Pero como no existe vacuna para el futuro incierto que aqueja al presente, la mente fabricó la experiencia. ¿Y a la experiencia, quién la salva? OH, OH.
Las experiencias (buenas y malas) pueden dividirse en dos: las que vivimos y las que no.
Y es asombroso cuando nos damos cuenta que el amor, el odio, o mejor dicho EL SENTIR, están ciertamente englobados únicamente en aquellas experiencias que en realidad vivimos, el mundo conocido. Porque incluso aquellas que pertenecen al mundo de la imaginación, tienen su raíz en las vividas. ¿Si no dónde?
No puedo recordar exactamente mi primera proyección romántica. Mi memoria alcanza hasta el primer amor del secundario, pero estoy segura que mucho antes ya existían esos pensamientos que volaban a millones de años luz esperanzados.. y volvían a un mundo de desiluciones.
Pero por supuesto, en un mundo más reducido, las posibilidades también lo eran. También las desiluciones.
Lección N°1: Las cosas no siempre son como deseamos. Todo bien la primera vez. Aprendí, ¡que bien!
Pero con el paso de los años, y con desiluciones a la altura de las circunstancias, la maquinita mental se complejizó, y en lugar de perfeccionarse, CAYÓ EN LA BUROCRACIA. Maquina, maquina, maquina, maquina.
Evita cometer viejos errores, pero no aprende a solucionar nuevos. Y desperdicia recursos a lo loco.
Los momentos a vivir llegan, se reportan en un mostrador y contestan el mismo cuestionario de hace 10 años.
Ahí tenés, vos que te preguntabas por qué repetías la historia.
Entonces que si tiene futuro, que si no está claro, que si yo lo vivo así, que si él lo vive asá.
STOP. Paro la máquina. La máquina que me llenó de preocupaciones del futuro de este presente. Este presente que ayer eran preocupaciones del futuro de mi ex, y antes de mi ex ex. Uf.
Podría seguir fabricando pasado. O puedo colgar el cartel de "cerrado por hoy" y vivir el HOY, hacer la nueva experiencia y ya ir desechando lo que no sirve de la vieja. A ver si así salvamos al presente.
Total, tiempo para que seas mi ex, sobra.
Pero como no existe vacuna para el futuro incierto que aqueja al presente, la mente fabricó la experiencia. ¿Y a la experiencia, quién la salva? OH, OH.
Las experiencias (buenas y malas) pueden dividirse en dos: las que vivimos y las que no.
Y es asombroso cuando nos damos cuenta que el amor, el odio, o mejor dicho EL SENTIR, están ciertamente englobados únicamente en aquellas experiencias que en realidad vivimos, el mundo conocido. Porque incluso aquellas que pertenecen al mundo de la imaginación, tienen su raíz en las vividas. ¿Si no dónde?
No puedo recordar exactamente mi primera proyección romántica. Mi memoria alcanza hasta el primer amor del secundario, pero estoy segura que mucho antes ya existían esos pensamientos que volaban a millones de años luz esperanzados.. y volvían a un mundo de desiluciones.
Pero por supuesto, en un mundo más reducido, las posibilidades también lo eran. También las desiluciones.
Lección N°1: Las cosas no siempre son como deseamos. Todo bien la primera vez. Aprendí, ¡que bien!
Pero con el paso de los años, y con desiluciones a la altura de las circunstancias, la maquinita mental se complejizó, y en lugar de perfeccionarse, CAYÓ EN LA BUROCRACIA. Maquina, maquina, maquina, maquina.
Evita cometer viejos errores, pero no aprende a solucionar nuevos. Y desperdicia recursos a lo loco.
Los momentos a vivir llegan, se reportan en un mostrador y contestan el mismo cuestionario de hace 10 años.
Ahí tenés, vos que te preguntabas por qué repetías la historia.
Entonces que si tiene futuro, que si no está claro, que si yo lo vivo así, que si él lo vive asá.
STOP. Paro la máquina. La máquina que me llenó de preocupaciones del futuro de este presente. Este presente que ayer eran preocupaciones del futuro de mi ex, y antes de mi ex ex. Uf.
Podría seguir fabricando pasado. O puedo colgar el cartel de "cerrado por hoy" y vivir el HOY, hacer la nueva experiencia y ya ir desechando lo que no sirve de la vieja. A ver si así salvamos al presente.
Total, tiempo para que seas mi ex, sobra.
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